De la familia

«Familia es familia, y cariño es cariño»

.- Ruben Blades

La mañana del 18 de septiembre de 2014 empezó como cualquier otra, abres los ojos, bostezas, respiras profundo, te cepillas los dientes, te bañas y vistes para empezar tu día, pero este día (salvo su inicio) era distinto a cualquier otro de mi historia.

Mi closet estaba ya vacío, mi colonia estaba fuera de su sitio, no había computador o Ps3. y si bien ese cierto ese día iba a cruzar el charco hasta llegar a china (ya les contare de dicho viaje en otra entrada), mi cuarto reflejaba un aspecto solitario, aunque yo no me había ido aun.

Salimos a las 9 de la mañana para la guaira en nuestro chevrolet corsa del 2001; esa familia de 4 miembros-distintos todos uno del otro- despedía a su primogénito ese día al otro lado del mundo.

En pro de la libertad de escritura que me ha otorgado este espacio dejare la historia de aquel dia en suspenso mientra les hablo un poco mas sombre mi familia (al fin y al cabo ese es el tema de esta entrada)

Papa: mi padre capitán de navío, de unos 56 años, hombre de mediana estatura, de carácter fuerte. Sin dudas Servio Marquez ha reflejado en mi el ejemplo de la persona que espero llegar a ser un día.

Mama: todos en este mundo alaban a su madre, sus esfuerzos, sus cariños, y su forma de ser. mi madre en lo particular no es solo eso, es mi amiga, mi confidente, mi consejera, mi profesora, mi guía.

Madre puede ser cualquiera que de a luz, Miriam Adriana es mi mama y no me va a alcanzar el tiempo para agradecerlo

Hermana: Con tan solo 22 años de edad, esta joven mujer ha logrado roto y superado, metas barreras y niveles que muchas señoritas y señoras no logran en toda una vida. Como todos Andrea y yo tenemos nuestros inconvenientes (es obvio somos hermanos), pero si lo dije una vez lo digo un millón mas, es mi orgullo, un verdadero ejemplo a seguir y se que llegara lejos.

Ahora bien, ya que conocen a los Marquez García sigamos con nuestra historia.

Eran las 3 de la tarde, mientras caminábamos por el famoso mosaico del terminal internacional del aeropuerto de Maiquetia, cuando mi respiración empezó a fallar, el corazón empezó a brincar y una caravana de emociones y sentimientos tomaron el control.

y así, mis queridos lectores, en compañía de amigos cercanos, una madre luchadora, un padre inigualable y una hermana encantadora, solté la lagrima que tanto se hizo esperar, los abrace les desee lo mejor, y sobre todo les agradecí (aunque estoy seguro que me quede corto).

Lo demás paso en una nube de confusión a raíz del momento tan engorroso.

Una vez contada mi historia sobre aquel 18 de octubre, ya tienen una idea de como fue aquel día, de como es el día de mas de un joven compatriota en busca de ese «sueño», y de los posibles días de alguno de ustedes que se aventure a cruzar solo la puerta del terminal.

Despidiéndose hasta la próxima entrega

Servio M.

Chao-Zài Jiàn

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